domingo, julio 30, 2006

Un himno a la orfandad


Por Bernardo Graue Toussaint

La telenovela “Elección de Estado” nos muestra el nuevo romance entre priístas y perredistas. Vuelven a “verse bonito”, coquetean, olvidan heridas, oscuros pasados salinistas y hasta caídas de sistemas electorales. No es Alzheimer, sino amor del mero bueno.

Hoy, se toman de la mano (y otras cositas) y se cantan al oído.

Manuel Bartlett Díaz, inspirado en Pedro Infante, le canta al PRD (y de paso, a Cárdenas):
“…Si te vienen a contar / Cositas malas de mí / Manda a todos a volar / Y diles que yo no fui”.

Camacho Solis, por su parte, dedica al PRI aquella canción de José Alfredo Jiménez que dice: “…Si nos dejan, nos vamos a querer toda la vida / Si nos dejan, nos vamos a vivir a un mundo nuevo / Yo creo podemos ver el nuevo amanecer de un nuevo día / Yo pienso que tu y yo podemos ser felices todavía”

Inspiradísimos en Juan Gabriel, diversos tricolores antimadracistas (temerosos de la debacle electoral), le responden -a coro- al PRD:

“…Querida / Ven a mí que estoy sufriendo / Ven a mí que estoy muriendo /En esta soledad, en esta soledad / Que no me sienta nada bien, Ven”

Incluso Emilio Chuayffet (en tono Timbiriche) ya dijo:

“…Y no quiero olvidarte, tal vez tú regreses / Y aquí yo estaré esperándote amor / No lo puedes llegar a negar / Tú y yo somos uno mismo”.

Se rumora que el hijo del Tata Lázaro -triste y meditabundo- tararea una pieza de Francisco Gabilondo Soler “Cri-Cri”:

“…Escondida, por los rincones / Temerosa de que alguien la vea / Platicaba con los ratones /La pobre muñeca fea.”

Que cosas. Creo que priístas y perredistas -una vez unidos bajo el guión de su telenovela “Elección de Estado”- deberían musicalizar su drama con este insólito Himno al PRI. Dicha pieza fue escrita por un tabasqueño cuando era presidente del tricolor en su natal Tabasco. El autor es el mismísimo Andrés Manuel López Obrador y hoy, más que nunca, adquiere absoluta vigencia.

Avanzar, avanzar con el PRI
compañeros, avanzar.
Libertad, unidad
democracia y justicia social.

Somos militantes del partido,
gotas de agua que formamos un océano,
somos dirigentes progresistas,
democráticos y revolucionarios.

Celosos vigilantes del partido,
no permitiremos que socaven nuestra Patria
extraños, inconformes y traidores,
en momentos de crisis, ni en bonanza.

Avanzar, avanzar con el PRI
compañeros avanzar…
Un día derribaremos al tirano
con la No Reelección, con el Sufragio,
ese día con grandeza construiremos
un país justo, libre y soberano.

La unidad nacional es lo primero,
en las columnas revolucionarias,
por eso las mujeres y los hombres
forjamos un partido de vanguardia.

Avanzar, avanzar con valor
compañeros avanzar…

Sin lugar a dudas, esta inspirada y poética perla del castellano universal demuestra que López Obrador es un todo un visionario, un profeta. Éste debe ser el himno del futuro partido. El que surgirá de la refundación del PRI en el PRD.

Himno, ya tienen. Una oda a la unidad. Un poema al reencuentro. Un verdadero himno a la orfandad.

bgrauet@hotmail.com

Denise Dresser / Proceso


Cuando éramos huérfanos
Denise Dresser

Siempre me ha gustado vivir en México. Todos los días doy gracias por vivir en un país con tanta belleza, con tanta historia, con tanta cultura, con tanta vida, con tanta dignidad. Lo digo cada vez que puedo: amo a México con un amor perro. Amo sus olores y sus sabores, sus regiones más transparentes y sus rincones más oscuros, sus volcanes y sus valles y todo lo de en medio. La vida en México para una persona de clase media alta como yo es, en muchos sentidos, envidiable. Vivo en una casa rentada y muy linda; mando a mis hijos a una escuela privada y no excesivamente cara; soy dueña de dos autos usados y en buena condición; vivo de mi trabajo y puedo mantener a mi familia con él; empleo a un par de personas que ayudan en casa y me alcanza el sueldo para pagarles; tomo vacaciones anuales y estoy ahorrando para asegurarle una educación universitaria a mis hijos. Tengo la vida que siempre he querido, llena de ideas y libros y arte y alumnos y amigos y la oportunidad de escribir en Proceso y una profesión socialmente útil. Este país me la ha dado.

Soy producto de la movilidad social que aún existía en los sesenta cuando nací. De beca en beca obtuve una buena educación y con ella he ido ascendiendo la escalera social. En un país con 40 millones de pobres, soy de las privilegiadas. Aún así, me doy cuenta de manera cotidiana que algo está mal. Y podría usar el lenguaje sofisticado de la ciencia política para explicarlo, pero en esta columna prefiero hablar como simple ciudadana. Algo está mal cuando las personas que trabajan para mí -la nana y el chofer y el jardinero- no tienen ninguna expectativa de ser más de lo que son hoy. Cuando no tienen ninguna posibilidad de aspirar a algo más porque el país no se los ofrece. Cuando sexenio tras sexenio un presidente u otro les da tan sólo más de lo mismo. Cuando saben que la vida de sus hijos será -en el mejor de los casos- una versión facsimilar de la suya. Esa vida precaria, estancada, difícil. La que tantos con quienes comparto el país padecen.

Y por eso el 2 de julio voté por Andrés Manuel López Obrador. Fui de esos votantes indecisos hasta el momento de entrar a la casilla y una vez adentro opté en función de una sola razón: no podía votar por una persona que piensa que el país está bien. No podía votar por un partido que ofrece sólo la continuidad. No podía formar parte de aquellos que piensan que el país funciona aunque para mí lo hace. Ni más ni menos. Pero voté con ambivalencia, porque a lo largo de la campaña siempre pensé que AMLO tenía el diagnóstico correcto pero no las soluciones adecuadas. Que peleaba por una buena causa pero no con armas modernas. Que sabía lo que no funcionaba pero no tenía propuestas coherentes de política pública para arreglarlo. Nunca me convenció la idea de sembrar árboles por el sureste o construir trenes bala. Recuerdo habérselo dicho: "Andrés Manuel, estás ofreciendo pobreza con dignidad. Estás ofreciendo darle a cada mexicano una pala para que construya un segundo piso". Los pobres merecen y necesitan más.

Aún así pensé que una victoria de AMLO ofrecía la oportunidad para sacudir las cosas; para nivelar el terreno de juego; para pensar en cómo construir un país más justo y menos rapaz. Y López Obrador no me asustaba como asustaba a otros miembros de mi clase social. De hecho en reunión tras reunión, en conferencia tras conferencia, me convertí en su defensora involuntaria. Porque los argumentos sobre su personalidad mesiánica me parecían exagerados. Porque pensaba que a demasiados de sus detractores les salía espuma por la boca. Incluso una semana antes de la elección publiqué un artículo en Los Ángeles Times argumentando que antes de odiar a López Obrador, las élites económicas y políticas deberían odiar las condiciones que lo produjeron: un sistema socioeconómico que concentra la riqueza y no tiene ningún incentivo para distribuirla mejor.

Pero desde la noche de la elección miro lo que está haciendo Andrés Manuel López Obrador y me desconcierta. Me preocupa. Veo a un hombre cada vez más combativo, cada vez más confrontacional, cada vez más antiinstitucional. Veo a alguien que confirma, paso a paso, todo lo malo que se decía de él. Alguien que habla del "crimen" monumental cometido contra el pueblo de México, pero que no lo ha podido probar. Alguien que un día sugiere fraudes cibernéticos y al otro día aclara que más bien fueron "a la antigüita". Alguien cuyas posturas poco claras -y con frecuencia contradictorias- me inspiran desconfianza. Porque no puedo evitarlo: fui entrenada en el doctorado para examinar evidencias, ponderar datos, analizar argumentos. Y los que presenta AMLO hasta hoy para sustentar su caso no me convencen. He leído todos los correos electrónicos sobre el famoso algoritmo y dudo de su existencia; he discutido las irregularidades detectadas hasta ahora y no me parecen determinantes; he escuchado todas las denuncias sobre la "elección de Estado" y no creo que podamos clasificarla así.

Con lo que sabemos hasta el momento, no me parece inconcebible pensar que López Obrador perdió la elección. Por la multiplicidad de motivos que ya conocemos: el voto de miedo, la campaña mediática de Vicente Fox, la compra de publicidad por terceros, el apoyo de gobernadores priistas a Felipe Calderón y los errores que el propio AMLO -aunque se niegue a aceptarlo- cometió. Pero para despejar dudas y rescatar la confianza perdida, he apoyado la propuesta de contar de nuevo, ya sea parcial o totalmente, los votos. Si el recuento revela que López Obrador en realidad ganó, México tendrá que aceptarlo. Y si ocurre lo contrario, también. Esa debería ser la apuesta de todos, pero sobre todo de una izquierda responsable que quiere gobernar al país y no sólo partirlo en dos.

Lo más preocupante es que AMLO no parece estar pensando así. Declaración tras declaración, López Obrador se está radicalizando. Y todo lo que dice sugiere que -en realidad- no está buscando el recuento de los votos, sino la anulación. Ya no busca ganar sino seguir peleando. Ya no quiere que se respeten los resultados "reales" de esta elección sino reventarla. Ya no tiene la mira puesta en las próximas semanas sino en los próximos años. Quiere consolidar su base y ser una fuerza política de largo plazo. Quiere exaltar los ánimos de 10 millones de votantes enojados aunque pierda a los moderados que votaron por él. Su papel ya no es seguir las reglas del juego sino romperlas. Su papel ya no es atemperar para gobernar sino azuzar para polarizar. Para ser el presidente moral del sur de México. Para seguir confrontando al resto del país desde allí.

Y ése va a ser un viaje peligroso porque recorre la ruta de la división. Su brújula es la polarización. Su mapa es la radicalización. Su destino es destruir primero para reconstruir después. Entraña incendiar institución tras institución y eso es lo que le está ocurriendo actualmente al IFE. Al actuar como lo está haciendo AMLO, coloca a personas como yo que votamos por su causa en una posición difícil. Pide que dejemos de confiar en todo para tan sólo confiar en él. Pide que formemos parte de lo que José Woldenberg ha llamado una "comunidad de fe", y dejemos a un lado la razón para pertenecer a ella. Pide que depositemos toda nuestra confianza en un solo hombre, cuando las democracias reales se construyen precisamente para evitar que eso ocurra. Pide que creamos en la palabra de operadores políticos como Jesús Ortega y Leonel Cota y Fernández Noroña y Martí Batres, cuya trayectoria suscita grandes dudas. Pide que destacemos a la única institución política creíble que hemos logrado erigir, y que nos sumemos a la cruzada para desacreditarla.

Y nos deja con las siguientes preguntas: Si tiramos al IFE por la ventana, ¿con qué otro instrumento va a contar el país para transferir pacíficamente el poder? Si las elecciones no son confiables nunca, ¿qué otro proceso funcionará para representar a los ciudadanos? Si el voto no es confiable, ¿no nos queda otro remedio más que renunciar a él? Si quienes están al frente de una institución cometen errores, ¿entonces hay que descalificarla de tajo? ¿La elección será vista como legítima por el PRD sólo si AMLO es declarado el ganador? Si no es posible creer en nada, ¿no hay otra opción más que creer en López Obrador? Planteo estas preguntas con dolor. De manera apesadumbrada. Veo la certeza que anima las posiciones de apoyo a AMLO que han asumido personas a quienes respeto como Julio Scherer, quienes admiro como Carlos Monsiváis, quienes quiero como Elena Poniatowska, quienes adoro como Eugenia León. He estado a su lado en otras batallas -como la librada contra el desafuero- y me entristece no poder estar allí, mano a mano, en ésta.

Y me angustia aún más ver que el otro lado tampoco tiene buenas respuestas. Las élites atrincheradas se comportan como siempre lo han hecho: saboteando, obstaculizando, posponiendo soluciones difíciles a problemas ancestrales. Pagando spots para promover sus posiciones aunque constituyan una violación a la legislación electoral. Preservando sus privilegios, blindando sus cotos, sacando legislación a modo -como la Ley de Radio y Televisión- y evidenciando todo lo que quieren proteger con ella. Los complacidos y los complacientes. Esos que escuchan los gritos del México que apoya a López Obrador y se tapan los oídos. Esos que miran la radiografía del país partido que esta elección arroja, y creen que bastará ampliar el Programa Oportunidades para reconciliarlo. Esos que produjeron a AMLO y hoy no saben cómo lidiar con él.

Ante este escenario es difícil no padecer una sensación de orfandad. De desconsuelo. Ese sentimiento que describe tan bien Kazuo Ishiguro en su novela Cuando éramos huérfanos. Esa soledad que produce estar parada en tierra de nadie, entre fuego cruzado, sin complacer a un bando y sin apoyar al otro. Intentando izar la bandera blanca entre las bazukas. Intentando suplantar la incondicionalidad partidista por la reflexión ciudadana. Preocupada por la construcción de un centro vital donde sea posible construir, conversar, reconciliar, institucionalizar. Pelear menos por el poder, y más por formas de compartirlo mejor. Pelear menos por quién ganó la elección, y más por el país herido que ambos bandos están dejando tras de sí.

El berrinche de un político que no sabe perder

La Pregunta de la Semana

VA LA PREGUNTA de la semana:

¿Quién es el autor de la siguiente frase tan radical?

"CONDICIONAR la validez de la elección a la apertura de paquetes electorales es un argumento político que supondría poner en duda todo el proceso electoral previo, en el cual participaron los ciudadanos y los partidos".

¿ACASO lo dijo el sospechoso Luis Carlos Ugalde? Nooooo. Seguramente fue Felipe Calderón. Tampoco. Quizá el malévolo representante panista ante el IFE, Germán Martínez. Menos. ¡Elba Esther Gordillo! Frío, frío. ¿Entonces?

PUES FUE, nada más y nada menos que Manuel Camacho Solís.

EL MISMO que ahora anda pidiendo -vaya paradoja- la apertura indiscriminada de todos los paquetes electorales. Esto lo dijo el 6 de septiembre de 1988, cuando era secretario general del PRI.

ERAN LOS DÍAS en que defendía a capa y espada a Carlos Salinas de Gortari de las acusaciones de un fraude electoral cuyas pruebas aparecían por todos lados, y no como ahora que Camacho lo denuncia sin poder probarlo.

LAS VUELTAS que da el destino, ¿verdad, Manuel?

jueves, julio 27, 2006

Resistencia civil pacífica

Tiene AMLO delirio y obsesión persecutoria, afirma la directora de Psicología de la UIA


Rigoberto Aranda
18 de Julio de 2006 Hora de publicación: 09:44


La idea del complot es un delirio
Se considera el objetivo de una serie de acciones y de personajes tan diversos como jueces, el Presidente de la República, partidos y adversarios políticos, medios de comunicación, banqueros, empresarios (a quienes considera indiscriminadamente delincuentes de cuello blanco), así como a miles de ciudadanos que salieron el año pasado a demandar más seguridad, a quienes descalificó como pirrurris".¿Cómo percibe la realidad?

"Su percepción de la realidad está tan distorsionada que afirma categórico que él es el presidente de México, y que nunca aceptará que Felipe Calderón es el presidente electo. Hay carteles donde aparece con ese título, y ha afirmado incluso que aunque el TRIFE declare vencedor a Calderón, él llegará hasta donde el pueblo quiera, tomando un actitud típica de Mesías, de un hombre dispuesto a "sacrificarse" y anular toda una elección en aras del "bien de México, de los más pobres".

Andrés Manuel López Obrador está obsesionado en la existencia de un complot en su contra, al que ha ido añadiendo personas —Vicente Fox, Carlos Salinas— instituciones —IFE, TRIFE— y ahora incluye a sus propios correligionarios, a quienes acusó de corruptos y deshonestos.
Rosalba Bueno, experta en psicología clínica, explicó a Crónica que AMLO presenta "una distorsión muy grave de la realidad, y tiene la idea, el convencimiento, de que es víctima de un complot persecutorio. Se trata muy probablemente de un delirio estructurado, patente para muchos expertos desde hace varios años, en que se ha observado una conducta pública de desconfianza en todos, incluidas las instituciones y las autoridades".

La especialista recuerda que López Obrador ha tenido una idea repetitiva de persecución desde hace seis años cuando comenzó su gestión como jefe de gobierno en la ciudad de México, "desde donde desafió a los jueces y enfrentó un procedimiento de desafuero, señalando siempre que era víctima de un complot para no dejarlo ser candidato a la presidencia, alegato que ha sostenido con las variaciones temáticas, hasta ahora".

Rosalba Bueno advierte que esta conducta ha sido consistente, y ha descalificado a cualquiera que considera "malo", en abstracto, y se ha construido incluso un cómic donde juega el papel de algo como un súper héroe que combate "al mal".

"La idea del complot es un delirio. Se considera el centro de una serie de acciones de personajes tan diversos como jueces, el Presidente de la República, partidos y adversarios políticos, medios de comunicación, banqueros, empresarios (a quienes considera indiscriminadamente delincuentes de cuello blanco), así como a miles de ciudadanos que salieron a demandar más seguridad, a quienes descalificó como pirrurris".

En este delirio, él asume el papel de único e indestructible paladín de la verdad. "Se hace llamar así, literalmente, indestructible, y usó el símil de gallo de pelea toda la campaña, asegurando que "no le han quitado una pluma a este gallo", explicó.

Ante la realidad, López Obrador es implacable. Las encuestas que no le favorecían no existían, o estaban "cuchareadas"; el PREP, las encuestas de salida, conteos rápidos y el propio cómputo de distritos "son manipuladas, fraudulentas", en tanto no le favorecieron.

"Su percepción de la realidad está tan distorsionada que afirma categórico que él es el presidente de México, y que nunca aceptará que Felipe Calderón es el presidente electo. Hay carteles donde aparece con ese título, y ha afirmado incluso que aunque el TRIFE declare vencedor a Calderón, él llegará hasta donde el pueblo quiera, tomando un actitud típica de Mesías, de un hombre dispuesto a "sacrificarse" y anular toda una elección en aras del "bien de México, de los más pobres".

Rosalba Bueno explica que el problema de esta patología es que López Obrador está genuinamente convencido de que las cosas son como él las percibe, y nadie de su actual equipo cercano lo trata de llevar a la razón, básicamente porque la gran mayoría quemaron sus naves en esta aventura.

"López va a seguir aferrado a su delirio, y no va a dar un paso atrás porque sus colaboradores tienen todo perdido si pierde él. A diferencia del PRD, que ganó bastante en esta elección, los "cercanos" apostaron todo a la obsesión de López, y nadie lo va a bajar de su postura, por más irracional y absurda que se vea a estas alturas".

En los últimos días, López Obrador amplió su corte de suspicacia a mandatarios extranjeros y los representantes de su propio partido en la elección.

"Un fraude de las características que López supone tendría que incluir al millón de ciudadanos que instalaron, cuidaron y contaron los votos el dos de julio. La exigencia de volver a contar voto por voto está orientada a no reconocerles absolutamente un centímetro de confianza. Después están sus propios representantes. Acusarlos de deshonestidad y ordenar una investigación es una señal alarmante de su obsesión persecutoria".

AMLO está convencido de que sólo él tiene la razón y que es lo mejor que le puede pasar a México. Su discurso es atractivo, explicó la experta, por que nadie puede estar en desacuerdo con ayudar a los que menos tienen.

"Es algo que todos queremos que suceda. México es un pueblo básicamente bueno, bien intencionado, y lo demostró saliendo a votar y a cuidar la elección. Tuvo muchos votos, fue una elección cerrada, pero no obtuvo la arrolladora diferencia que esperaba. Hoy se siente terriblemente desconcertado. En lugar de formar un pensamiento lógico y admitir que algo no salió bien en su estrategia política, niega la realidad y culpa a todo el mundo, incluidos gobiernos extranjeros".

Bueno afirma que muchos de los intelectuales y políticos de buena fe que acompañaron a AMLO en su campaña deben estar sopesando con cuidado la aventura a la que su líder defraudado con la realidad puede conducirlos.

"Si nadie en su equipo se atrevió a señalarle que no podía ser congruente construir un segundo piso para ricos y dejar los hospitales desabastecidos, y a sus médicos en riesgo de perder el empleo por denunciar la falta de insumos mínimos para atender a la gente, es difícil que ahora le puedan decir claramente que está destruyendo su carrera, y tirando por la borda lo que si ganó su partido".

— Alguien que resume esta elección en una lucha contra su persona, en la obsesión del complot, en la idea delirante de que "los malos" han confabulado para hacerlo perder, y que quien no está a su favor está en su contra (un rasgo mesiánico y delirante), evidentemente está ignorando la realidad, y, asegura Rosalba Bueno, es difícil esperar que no lleve estas obsesiones hasta sus últimas consecuencias.

domingo, julio 23, 2006

Pide equipo de AMLO al mundo no reconocer triunfo del PAN


7 de Julio del 2006

Actualizado: 7:01:26 PM hora de Cd. Juárez
MEXICO - El equipo de campaña de Andrés Manuel López Obrador exhortó hoy a los gobiernos extranjeros a no reconocer a Felipe Calderón como ganador de la elección presidencial del pasado domingo porque eso sería una "acción injerencista".
"Si hacen esto (reconocer que Calderón ganó) sería ilegal, y sería una acción injerencista en nuestro sistema jurídico mexicano", dijo en rueda de prensa Ricardo Monreal, del equipo de campaña de López Obrador y miembro de una comisión de la izquierda que prepara un recurso legar contra la elección.
"No hay ningún presidente electo, ni siquiera hay un cómputo oficial" de las elecciones, añadió Monreal al precisar que "la única autoridad" facultada para declarar a un ganador de la elección presidencial del domingo es el Tribunal Federal Electoral (TRIFE).
La coalición Por el bien de todos, que encabeza el Partido de la Revolución Democrática (PRD), presentará en los próximos días un recurso para que el TRIFE autorice un nuevo conteo de la elección voto por voto en los más de 130.000 puestos electorales.
Hasta el momento, dijo Monreal, los gobiernos extranjeros han "actuado prudentemente" al no enviar felicitaciones o hacer declaraciones de reconocimiento para Calderón.
El jueves, el Instituto Electoral (IFE) informó a la opinión pública que el Felipe Calderón fue el "candidato que obtuvo el mayor porcentaje de la votación", acción que fue declarada "ilegal" por el PRD por considerar que equivale a declarar a Calderón "presidente electo".Calderón se impuso a López Obrador por 0,58% de los votos en la elección más reñida de la historia de México.

Paco Calderon de Reforma

Democracia secuestrable

Democracia secuestrable

Enrique Krauze

Para ilustrar el argumento ad terrorem con el que las ideologías totalitarias imponían su verdad a la sociedad, el filósofo polaco Leszek Kolakowski contaba una fábula: dos niñas emprenden una carrera en un parque; la que va atrás exclama continuamente, a grandes voces, "¡voy ganando!, ¡voy ganando!", hasta que la que lleva la delantera abandona la carrera y se echa a llorar en brazos de su madre, diciendo: "no puedo con ella, siempre me gana".

Sin el desenlace, algo similar está ocurriendo en México. Tras una jornada electoral libre, ordenada y pacífica en la que sufragaron 42,249,541 mexicanos cuyos votos fueron computados en 130,477 casillas por 909,575 ciudadanos (no funcionarios), el candidato del PRD a la presidencia, Andrés Manuel López Obrador, resultó perdedor por un margen de 0.57%, equivalente a 240,822 votos, frente al candidato del PAN, Felipe Calderón. Los números del sistema electrónico de conteo preliminar, avalado por la Universidad Nacional Autónoma de México, coincidieron con el recuento final efectuado en los 300 distritos electorales que concentraron las actas de las casillas. Fuera del resultado adverso en la elección presidencial, en la misma jornada electoral el PRD logró convertirse en la segunda fuerza en el Poder Legislativo (aumentando considerablemente su posición en ambas Cámaras) mientras que su candidato a la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, triunfó con el 47%. Por si fuese poco, el PRD arrasó con casi todos los puestos ejecutivos (las delegaciones en las cuales está dividido el Distrito Federal) y en la Asamblea Legislativa del propio Distrito Federal.

Esa es la realidad que atestiguaron 1,800 consejeros distritales, 970,000 representantes de todos los partidos, 24,769 observadores nacionales y 639 internacionales. No obstante, y a pesar de que Andrés Manuel López Obrador considera válidas las elecciones que produjeron triunfos nunca vistos para su partido, no acepta su derrota personal. Dado el estrecho margen de la elección presidencial, ha decidido ejercer su derecho a impugnar los resultados en el Tribunal Electoral de la Federación. Esta instancia final e inapelable será la que decida, en un plazo cuya fecha límite es el 6 de septiembre próximo, cuáles irregularidades reclamadas son válidas, en cuáles casillas procede o no un recuento de los votos, y cuál es el resultado final de la elección presidencial.

Si el candidato del PRD se hubiese limitado a instrumentar esa estrategia jurídica, su actitud no habría dañado inadmisiblemente el proceso electoral ni socavado a la frágil democracia mexicana. Pero, como era previsible, López Obrador no podía conformarse con una estrategia legal, que él mismo, despectivamente, ha llamado "formal". Tal y como ha hecho a lo largo de su vida, él tenía que ir por más, ir por todo, y es allí donde encaja la fábula de Kolakowski: tenía que recurrir al argumento ad terrorem para lograr su propósito.

Como la niña del cuento, sabedor desde el 2 de julio por la noche de que las tendencias no le favorecían, acudió al Zócalo para declarar: "Hemos ganado la presidencia de la república". Días más tarde, luego del recuento oficial que en el mismo sentido hizo el Instituto Federal Electoral (organismo ciudadano autónomo que, revirtiendo una larga historia de fraudes, desde 1996 organiza con éxito y probidad las elecciones en todos los niveles federales), López Obrador congregó al "pueblo" a una "asamblea", en la que llamó a Fox "traidor a la democracia", y utilizó la palabra más ominosa del diccionario político mexicano: la palabra "fraude". Esta descalificación de la institución electoral (que acababa de dar el triunfo a cientos de sus candidatos) y los discursos incendiarios que han seguido desde entonces, hasta culminar en un llamado "a la resistencia civil", representan una táctica nada "formal"; representan precisamente el recurso ad terrorem aplicado con un riesgo enorme para la paz de México.

Además de proclamarse vencedor, insultar al presidente Fox, amenazar a Felipe Calderón y a su familia, llamar delincuentes a los funcionarios del IFE, considerarse traicionado por miembros de su propio partido y adelantarse al veredicto del Tribunal Electoral, López Obrador ha echado mano de un repertorio digno de una novela de Orwell. Irregularidades aisladas, presuntas y, en todo caso, no dictaminadas por el Tribunal, son presentadas al público como evidencia palmaria de que todo el proceso estuvo viciado, ignorando el testimonio de los observadores extranjeros y de millones de mexicanos. Cuando sus propios representantes de casilla negaron la supuesta irregularidad que López Obrador pretendió demostrar en un video, el líder aseguró que fueron "comprados". A la mentira aúna la contradicción (del fraude "cibernético" a su negación: el fraude "a la antigüita"), la inconsistencia (aunque pide "abrir todas las casillas y contar voto por voto", ante el Tribunal Electoral sólo presentó impugnaciones en el 39% de las casillas) y la calumnia (de existir un millón y medio de boletas "robadas", el hecho implicaría que miles de representantes del PRD son delincuentes electorales). El daño causado a nuestras instituciones electorales puede ser irreversible. Ante la andanada ad terrorem, ¿qué ciudadano querrá en el futuro participar en una casilla?

Pero lo más preocupante, desde luego, es que López Obrador ha convocado a movilizaciones de centenares de miles de personas en toda la república "en defensa de la "democracia", la misma democracia cuyas instituciones ha puesto en entredicho. Si bien ha insistido en que las marchas serán "pacíficas" y "no caerán en provocaciones", sabe muy bien que en el actual ambiente de extrema polarización, la provocación puede provenir de cualquier lado. Para calibrar sus intenciones no hace falta ser adivino, él mismo lo ha expresado con todas sus letras, y es preciso creerle: él nunca aceptará un resultado adverso, ni de los votantes, ni del Tribunal Electoral; él "ganó la presidencia" e irá "tan lejos como la gente quiera".

"La gente", "el pueblo", no son, por principio, los 27,034,972 mexicanos de todas las clases que no votaron por él; no son siquiera los 14,756,350 ciudadanos que lo apoyaron en las urnas. "La gente", "el pueblo", son aquellos que puede movilizar en las calles y plazas del país, y que lo ven como él se ve a sí mismo, como el Mesías de México. ¿Y quién interpreta los deseos de ese "pueblo", depositario de la ley natural y divina, no de la despreciable ley escrita por los hombres? El líder carismático que encarna la Verdad, la Razón, la Historia y el Bien, el líder que prometió salvar a México de la opresión, la desigualdad, la injusticia y la miseria, el que "purificará la vida nacional": Andrés Manuel López Obrador.

El mundo ha visto muchas veces esa película. Es el huevo de la serpiente dictatorial. Un hombre impermeable a la verdad objetiva, un Mesías que se ha proclamado "indestructible", pretende secuestrar la democracia mexicana y, de no obtener el rescate exigido, incendiar al país. No exagero. De hecho, el vocero del PRD, Gerardo Fernández Noroña, declaró hace unos días a Los Angeles Times que, en última instancia, está abierta la vía de la "insurrección". Pero en una democracia (y México es ahora una democracia, aunque su larga historia se empeñe en desmentirlo) no son las teas ardientes, los comités de salud pública, ni los líderes iluminados los que deciden: es el voto ciudadano, es el imperio de la ley.

Copyright © Grupo Reforma Servicio Informativo

ESTA NOTA PUEDES ENCONTRARLA EN:

http://www.reforma.com/editoriales/nacional/670055/

Fecha de publicación: 23-Jul-2006

sábado, julio 22, 2006

Historia de un asistente a la Asamblea Informativa


“Coox ximbaa” al Distrito FederalExperiencias de un tekaxeño gracias a un evento
político

Timoteo Collí Collí no es perredista, pero nunca imaginó que el perredismo, cuya ideología ni siquiera conoce, le permitiría conocer la ciudad de México.

Le ocurrió lo mismo que hace unos años a un grupo de mujeres de la comisaría meridana de Komchén que fueron a Cancún a protestar contra una cumbre internacional. Atraídas por un ofrecimiento económico y los deseos de viajar, se embarcaron en una aventura que las mostró como “globalifóbicas”, aunque no sabían por qué protestaban.

Timoteo es un indígena tekaxeño, de 67 años de edad. Nunca imaginó que conocería la ciudad de México, pues la pobreza en que vive no le permitía siquiera salir de Yucatán.

Sin embargo, el domingo pasado, don Timot, como le llaman sus amigos, hizo realidad un sueño: conoció la capital del país gracias al mitin que encabezó el candidato de la coalición Por el Bien de Todos, Andrés Manuel López Obrador.

Sin ser perredista, como ya indicamos, fue invitado el viernes pasado por la ex alcaldesa de Tekax Nancy Martínez Montalvo —de quien es simpatizante— a realizar el viaje porque no se había completado el grupo de 10 personas que los seguidores tekaxeños de López Obrador planeaban llevar al zócalo capitalino.

Sólo le dijeron: “Coox ximbaa” (vamos a pasear) y fue con lo que llevaba puesto.

El viaje se inició el viernes por la noche, cuando abordó en Mérida un autobús que lo trasladó a la ciudad de México, donde llegó junto con 200 yucatecos el sábado por la noche. Acostumbrado al calor de Yucatán, Timoteo viajó sin chamarra y con “chancletas”, y al llegar a la metrópoli se enfrentó a las bajas temperaturas.

domingo, julio 16, 2006

Acarreados


Esta foto fue tomada el pasado sábado, en la primera "asamblea informativa". Notese el camión que está repartiendo tacos a los acarreados que iban llegando... Los acarreados iban por convicción o por comida???

Francia ganó el Mundial de Fútbol.....

Francia ganó el Mundial de Fútbol.....

Yo no sé ustedes qué piensen pero yo no reconoceré a Italia como campeón del mundial de fútbol

Impugnaré el resultado ya que estuvo muy cerrado el resultado, tan solo por un gol de diferencia y el penal se falló por menos de 5 centímetros de la línea

Además, me parece muy sospechoso que Italia haya empatado el partido cuando todos vimos claramente que Francia iba ganando

Así que exigiré que se revise gol por gol y portería por portería para saber realmente quién ganó el mundial

Además, de acuerdo a mi conteo, Italia falló más penalties que Francia así que exíjo a la FIFA que respete mis resultados

En este momento, ningún equipo puede decirse ganador ni proclamarse campeón del mundo, por lo tanto, respetuosamente le solicito al equipo de Italia y a sus seguidores se abstengan de realizar celebración alguna y regresen la copa hasta que se aclare ésta situación
Únete a mi!! Defendamos el triunfo de Francia!!!

Vamos al Zócalo y al museo de Louvre y defendamos el triunfo de Francia!!!

Su amigo: el PEJE

Otro mensaje de UN INDIVIDUO


Hermanos mexicanos:

La tarde de este martes 12, escuchando el noticiero radiofónico “Panorama” me topé con una nota que me despertó de inmediato una gran preocupación.

Tras una llamada hecha al C. Pablo Gómez, actual senador electo por el Partido de la Revolución Democrática, el conductor del programa presentó una serie de declaraciones que el mismo Pablo Gómez había hecho el día anterior, donde además de aconsejar a la ciudadanía no simpatizante con la marcha convocada por el C. Andrés Manuel López Obrador “quedarse en casa” para evitar escándalos, declaró que: “El Partido NO se hará responsable de los actos de violencia”… Y aquí creo que el C. Pablo Gómez cometió un acto…vamos, de irresponsabilidad remarcable, ya esta presuponiendo actos violentos por parte de sus seguidores y ante esto hay varias cuestiones que no deben escapar a la reflexión de los ciudadanos libres, cada una con su propio grado de gravedad, reflexionemos:

Como primera posibilidad, está la de que tanto el C. Andrés Manuel López Obrador, como su partido están concientes de que el ambiente de tensión es propicio para el desarrollo de violencia en la manifestación, pero no creen en su capacidad de control sobre sus seguidores, a quienes a cada momento intenta recordar que su movilización debe ser pacífica… Lo cual sería bastante negativo, pues lo que indicaría sería que es un líder que no tiene control sobre sus simpatizantes.
Como segunda posibilidad, está que tanto el C. Andrés Manuel López Obrador, como su partido, están concientes de que el ambiente de tensión es propicio para el desarrollo de violencia en su marcha, pero consideran prioritario el sentido y el propósito de la marcha por encima del inminente peligro de violencia, razón por la cual se deslindan de antemano de la responsabilidad… Lo cual es también algo negativo, pues la seguridad de muchos ciudadanos, tanto simpatizantes como no simpatizantes, se ve comprometida en vistas de una manifestación.
Como tercera posibilidad que manejo, está que tanto el C. Andrés Manuel López Obrador, como su partido, están concientes de que el ambiente de tensión propiciaría un acto de violencia que sería desfavorable para el propósito del representante, y posiblemente al deslindarse de la responsabilidad de ella, lo que busquen sea indicar que los responsables de dicha violencia no serían los simpatizantes del Partido de la Revolución Democrática, sino personas ajenas el propósito de la marcha. Lo cual no quita que su posición comprometa seriamente la tranquilidad de muchos ciudadanos que no comulgamos con los intereses de la marcha a la que convoca

Sé que a muchos nos puede pasar por la cabeza una cuarta posibilidad, donde el objetivo que se persiga en la marcha, sea justamente aprovechar los actos de violencia para ejercer presión sobre las instituciones, pero especular sobre esto es incurrir en un serio prejuicio a las intenciones del C. López Obrador, y ese no es el objetivo que perseguimos.

Sin embargo, considerando cualquier posibilidad del porqué esa declaración fue hecha de esa manera, el panorama no se muestra favorable al escenario de hostilidad que enfrentamos en estos días. La pregunta obligada sería ¿Qué podemos hacer?

El mismo legislador por el Partido de la Revolución Democrática y senador electo, Pablo Gómez, declara que cualquier facción de la ciudadanía está en la misma libertad constitucional de manifestarse de una manera similar, sin embargo, y tomando seriamente en cuenta esta ultima declaración, creo que es sano considerar que la opción de una movilización compromete la ya menguante situación de la nación haciendo entrar a la ciudadanía en una atmósfera de competencia y hostilidad ante la propuesta contraria.

¿Qué nos queda entonces?
Antes que nada, reafirmo mi llamado a la tolerancia y al respeto, ya que en efecto la ciudadanía está en su facultad y derecho constitucional de ejercer su expresión en una manifestación PACÍFICA, por esta razón no podemos encerrarnos en la satisfacción de nuestro derecho de libre tránsito, ya que tanto es derecho uno como el otro, por esta razón apelo de nuevo al mensaje de TOLERANCIA. Sé que para muchos de nosotros, el traslado por automóvil ese día sería una cuestión francamente imposible con una megamarcha andando al momento, con partícipes no sólo del Distrito Federal sino de diversas partes de la República, por esta razón sugiero sinceramente reprogramemos en medida de lo posible los eventos de la agenda planeados para ese día, y en el caso de no ser posible, recurrir a rutas alternativas o al sistema de transporte colectivo, de paso hacemos un favor al medio ambiente ese día por nuestra parte.

Pero tal vez lo mas importante a señalar sería el NO provocar bajo ninguna circunstancia discordia u hostilidad ante los manifestantes, recordemos que antes de revestirnos la piel del color de un partido, tenemos TODOS el corazón impregnado del color del mexicano y desatar los insultos o la hostilidad en una situación tan delicada sólo atraerá violencia innecesaria, donde NADIE sale ganando.

Hermano, si eres simpatizante de la campaña del C. Andrés Manuel López Obrador, sabrás tanto como todos nosotros, que la violencia genera violencia y que una manifestación hecha legítimamente apelando al derecho constitucional no puede quedar manchada por el odio y el desprecio a los conciudadanos, por lo cual recomiendo que comentes con los demás participantes de tu movimiento, que a pesar del ánimo acalorado que se presenta, debemos mantener la cabeza fría para obrar con inteligencia y máxime cuando lo que buscamos todos es el bien de cada uno en la nación. ¡PASA EL MENSAJE! ¡VIVE TU LEMA!
POR EL BIEN DE TODOS, PRIMERO LA PAZ, LA CONCORDIA Y EL RESPETO ENTRE LOS CIUDADANOS. PRIMERO LA TOLERANCIA.

Hermano, si no eres simpatizante de la campaña del C. Andrés Manuel López Obrador, sabrás como todos nosotros, que el respeto y la concordia son vitales para el delicado mantenimiento de la democracia, por lo cual sabrás que la comprensión y la tolerancia que ejerzamos con nuestros conciudadanos aquel día, hablará de la calidad de ciudadanos que tenemos y de nuestro amor por la democracia, por lo cual recomiendo que comentes entre tus familiares, vecinos y conocidos, que a pesar de las dificultades que nos representa la marcha de nuestros conciudadanos, no podemos dejar que nuestro valor civil se contamine de desprecio, odio y agresividad, máxime cuando lo que buscamos todos es el bien de cada uno en la nación. ¡PASA EL MENSAJE! ¡VIVE NUESTRO CAMBIO!
POR EL BIENESTAR DE NUESTRO PAÍS, PRIMERO LA PAZ, LA CONCORDIA Y EL RESPETO ENTRE LOS CIUDADANOS. PRIMERO LA TOLERANCIA.

Hermano, compartamos un mensaje de solidaridad, unidad y respeto entre nuestras familias, amigos, vecinos, simpatizantes… Dando poco a poco estos pasos en busca del diálogo democrático, cada día estaremos más cerca lograr el México por el que todos luchamos en las urnas, y no me refiero a un México pintado de un color de partido, sino de un México seguro, próspero y que ve por las necesidades de cada mexicano.

Recuérdalo: TODOS SOMOS EL INDIVIDUO, POR ELLO, ESTÁMOS COMPROMETIDOS A HACER NUESTRA PARTE POR MÉXICO. NO NOS DURMAMOS! juntos, en busca de canales de diálogo que consideren las diversas realidades del pueblo de México…

ATENTAMENTE
Un Individuo
Muerto_9@yahoo.com.mx

SI TIENES ALGUNA SUGERENCIA U OBSERVACIÓN, HÁZNOSLA SABER, ENRIQUECERNOS DE TU OPINION NOS HACE CRECER COMO CIUDADANOS

Ricardo Alemán / El Universal


El "voto por voto", un intento por reeditar las ´concertacesiones´
Intelectuales y académicos, por regresar a los acuerdos políticos

Por increíble que parezca y por absurdo que se antoje, intelectuales mexicanos de renombre, académicos que gozan del favor mediático, y hasta reconocidos periodistas -más que los propios políticos que fueron derrotados en las urnas-, parecen empeñados en que la crisis política derivada del 2 de julio se resuelva mediante los viejos métodos, al más puro estilo del viejo PRI; mediante la negociación política, lo que no es más que un peligroso y hasta ridículo salto al pasado.

Al amparo de la supuesta legitimación que daría el recuento del "voto por voto", y mediante la exaltación del refranero popular en su reconocido "el que nada debe nada teme", no sólo los derrotados en las urnas, sino sus apologistas intentan convencer "al respetable" de que en la política mexicana, y sobre todo en los procesos electorales mexicanos, no hay de otra que la negociación política. Según la versión de muchos de ellos, las instituciones ya no sirven, es necesario jubilarlas y, por tanto, se debe regresar a los tiempos de la negociación política.

Así, dicen, sería prudente que se haga el recuento, voto por voto, para recuperar la credibilidad perdida. De lo contrario, insisten, el nuevo presidente será un presidente sin credibilidad. Y por supuesto que el razonamiento parece de sentido común. Pero hay un pequeño, muy sutil y, si se quiere, hasta insignificante detalle. Que no se puede defraudar a más de una generación de mexicanos -los que en 1968 eran jóvenes, que dieron la vida por la convivencia democrática, que se expresaron contra los arreglos políticos y las negociaciones extralegales, y los nacidos luego de esa dolorosa experiencia política y social-, que hicieron su parte para terminar con las prácticas políticas antidemocráticas, propias de regímenes autoritarios y dictatoriales, para que ahora un puñado de políticos, intelectuales, académicos y periodistas propongan un salto al pasado. Lo que resulta absurdo, y hasta ridículo, es que aquellos que debieran empeñar su intelecto, su sabiduría, sus capacidad mediática a favor de los principios de la democracia, le den la espalda a la razón, a la sensatez y hasta a la verdad, para defender no la diversidad de ideas, sino su muy particular interés político. No es extraño, por eso, que todos o casi todos los que reclaman el "voto por voto", de entre intelectuales, académicos y periodistas, sean aquellos que apostaron todo su capital por un candidato; el que resultó derrotado. Y junto con la penosa exhibición que todos los días -posteriores al 2 de julio-, nos ofrece ese candidato perdedor, se confirma que el tiempo pone y pondrá a cada quien en su sitio.

Tabasco y Guanajuato

Acaso por eso valga recordar los momentos político-electorales que marcaron el nacimiento de algunos de los actores centrales en la actual crisis política: Vicente Fox, Felipe Calderón, Andrés Manuel López Obrador y Roberto Madrazo Pintado. En el primer caso, el agricultor y empresario guanajuatense buscó la gubernatura de su tierra adoptiva, Guanajuato, en agosto de 1991. Luego de una intensa campaña electoral, su adversario, Ramón Aguirre Velásquez, uno de los preferidos del salinismo, se alzó con un cuestionable triunfo. El candidato Vicente Fox, con el respaldo de su partido, el PAN, rechazó el resultado electoral, movilizó a la población y luego de la elección, convocó a una resistencia civil, activa pero pacífica, que terminó cuando el presidente Salinas ordenó una negociación que le dio nombre a los acuerdos políticos extralegales; la concertacesión en Guanajuato. Ramón Aguirre renunció a su triunfo, en su lugar llegó un gobernador interino, Carlos Medina -quien se encargó de llevar a cabo una moderna ley electoral para regular las elecciones con principios democráticos-, en tanto que Vicente Fox se preparaba para regresar al gobierno estatal, lo que consiguió en la elección siguiente.

Con ideólogos como Carlos Castillo Peraza y con operadores políticos como Diego Fernández de Cevallos, el Partido Acción Nacional inició las llamadas concertacesiones, que no eran otra cosa que arreglos políticos, extralegales, para dar una solución política, al margen de la ley, a los conflictos políticos electorales. Años antes, en 1988, el mismo PAN había legitimado al ilegítimo gobierno de Carlos Salinas, también con un acuerdo político que inauguró el ingreso del PAN a los poderes estatales, gracias a negociaciones políticas, nunca bajo el imperio de la ley. En ese 1991, nació el liderazgo político de Vicente Fox, quien años después, como todos saben, llegó a la Presidencia de la República. A su vez, hasta antes del año 2000, como todos saben, el sueño de Andrés Manuel López Obrador era la gubernatura de Tabasco. En 1994 se enfrentó, por segunda ocasión, a su ex partido, el PRI, que seis años antes ya lo había derrotado. En ese año AMLO compitió nada menos que con Roberto Madrazo, el tramposo político tabasqueño, símbolo del viejo PRI, que invirtió todos los recursos políticos y económicos necesarios para quedarse con el gobierno estatal. Se comprobó que Madrazo gastó tanto dinero para ser gobernador, como el invertido por el candidato estadounidense, Bill Clinton, para ser presidente de EU.

Madrazo llegó al gobierno de Tabasco al mismo tiempo que Ernesto Zedillo se convirtió en presidente de los mexicanos. Era claro que la contienda electoral en Tabasco había sido todo menos democrática y legal. Se justificó, por eso, la movilización que emprendió López Obrador. En esos tiempos era común la negociación política, que en el pasado reciente había inaugurado Carlos Salinas. Por ello el PRD y grupos ciudadanos se propusieron negociar Tabasco. El presidente Zedillo aceptó una negociación y, a través de su secretario de Gobernación, Esteban Moctezuma, aceptó sacar a Madrazo de Tabasco y entregar la plaza al PRD. Era una negociación política, al margen de las parciales leyes electorales, pero también era una forma de resolver por la vía de la política, no de la aplicación de la ley, los conflictos políticos.

Pero al final de cuentas, y por las razones que se quiera, Madrazo "reculó" de su acuerdo inicial, y se negó a dejar el gobierno estatal. En ese lance nació el liderazgo de Roberto Madrazo; un liderazgo que le valió convertirse en presidente del PRI -en 2002-, y posteriormente candidato presidencial. En esos acuerdos con Ernesto Zedillo participó de manera activa López Obrador, quien ya como presidente del PRD siguió negociando con el PRI posiciones de poder, como las gubernaturas de Zacatecas, Tlaxcala y otras. La negociación política, por sobre el respeto a la ley, eran la divisa para el PAN -entonces jefaturado por Felipe Calderón-, y para el PRD; lo fueron lo mismo para Fox que para AMLO.

Y en efecto, hasta antes de 1996 -fecha en que se crea el IFE ciudadano, en que aparece el Tribunal Electoral como lo conocemos, y que una reforma política hizo posible las elecciones creíbles y confiables-, no había mucho margen de maniobra para los actores políticos, ya que los procesos electorales eran manejados por el gobierno en turno, siempre en manos del PRI, y por eso la negociación política suplió a la contienda político-electoral democrática. Pero hoy, cuando ya existe un IFE en manos de los ciudadanos, cuando las elecciones no son manejadas y controladas por el gobierno, son muchos; políticos, intelectuales, académicos y periodistas que parecen no querer dejar atrás las viejas formas, los viejos estilos, y llaman a los acuerdos políticos, por encima de las reglas electorales y de las instituciones creadas precisamente para acabar con esas formas extralegales.

Crisis inventada

Pero lo que más sorprende es que una buena parte de los intelectuales y académicos que antaño se decían promotores de la democracia electoral, de la fortaleza institucional como condición para la selección de los políticos que ocuparían puestos de elección popular, hoy se presenten como amnésicos y hasta ignorantes de lo que está ocurriendo, y se sumen a las cargadas de quien dice que fue víctima de un horrible complot, que inventa que todos, hasta los astros están en su contra, y que las instituciones electorales son "una porquería". Y claro, no se trata de ignorantes que desconozcan lo que está ocurriendo. Esos intelectuales y académicos prefieren poner la pasión por sobre la razón, porque son incapaces de reconocer su equívoco. Lo que importa es su interés personal, más que la realidad.

Unos pocos, cuya cordura y congruencia está forjada a toda prueba, saben y explican que la crisis creada en torno al proceso electoral del pasado 2 de julio es producto de una estrategia política de quien resultó derrotado en las urnas. El primero y más significativo golpe de imagen, credibilidad y certeza contra el IFE lo dio precisamente López Obrador, al utilizar como instrumento político de manipulación y engaño una práctica que venía de elecciones anteriores. Es decir, las inconsistencias de casillas que por la razón que se quiera no podían ser incorporadas en el recuento parcial. A partir de esa mentira, la de que el IFE habría escondido 3 millones de votos supuestamente para favorecer al candidato Felipe Calderón.

El impacto de esa mentira -que se la tragaron sin saber de lo que se trataba no sólo los periodistas nacionales, los corresponsales extranjeros, sino una buena porción del electorado-, fue el combustible que incendió la pradera electoral y marcó el inicio de una crisis política soportada en un engaño monumental, del tamaño del descrédito de las elecciones de los tiempos del viejo PRI. A ese engaño siguieron otros, igual de manipulados, que se convirtieron en el mejor instrumento de los derrotados no para justificar que en las urnas el voto mayoritario no los favoreció, sino para demoler la credibilidad en las instituciones electorales. A su vez, el IFE y el resto de partidos políticos, incluidos los ganadores, fueron incapaces de una política mediática de control de daños, que fuera capaz de desactivar el alud de engaños, medias verdades y mentiras completas sobre las que se construyó el espantajo del supuesto fraude electoral.

Al invento de la versión de un supuesto fraude se sumaron los intelectuales y académicos que en desplegados habían anunciado su voto a favor de López Obrador, quienes pusieron imagen y prestigio al servicio no de la verdad, no de la razón, no de las instituciones y menos de la democracia, sino al servicio de sus causas personales, de sus frustradas ambiciones de poder. El escándalo creció a niveles insospechados, de insensatez, al grado de que en este momento es difícil que la elección del 2 de julio, y el candidato que resulte finalmente ganador, sea quien fuere, difícilmente podrá gobernar ajeno al estigma de ilegítimo.

AMLO, el delirio

Pero conforme se desarrolla el proceso electoral, en medio de trompicones propios del descrédito, el mayor perdedor de esa inesperada historia es el candidato López Obrador, quien sin pruebas sólidas, sin elementos contundentes que confirmen su dicho de que hubo un fraude gigantesco, insiste en que resultó el ganador, proclama que fue víctima de un complot en donde los responsables son todos los seres vivos, desde los ciudadanos que llevaron a cabo la elección, los millones de electores que no votaron por él, sus compañeros de partido, las instituciones, los gobiernos del mundo y el gobierno mexicano, y hasta los astros.

López Obrador ha perdido la cordura, si no es que la razón, y en la más reciente entrevista radiofónica -como si no hubiera sido suficiente con la exhibición penosa que ofreció en televisión, en el más escuchado noticiero de Televisa-, dijo que no reconocerá su derrota, aun si el Tribunal Electoral lleva a cabo en recuento, voto por voto. ¿Por qué no aceptará? Porque es el elegido, el mesías, el que llegó a la tierra, a Tabasco, a México, para salvar a los pobres de su postración. Se confirma que López Obrador no pretendía una elección, que no es un demócrata, que cree que debe ser presidente por aclamación. Cree en la monarquía, en donde la popularidad y la aclamación hacen al rey.

López Obrador confirma lo que se dijo aquí y en muchos otros espacios respecto a que su desmedida ambición de poder era un riesgo alto para la democracia mexicana. Y es que parece dispuesto a dinamitar el frágil puente de la democracia electoral mexicana, por donde los opositores cruzaron para acceder al poder. Pretende el descrédito de las instituciones electorales, intenta una concertacesión al viejo estilo del PRI, y hasta ha llegado al extremo de declarar que todo es malo, porque él no ganó. Y no son pocos de quienes creyeron en su discurso, que hoy han llegado a la conclusión de que es víctima de un delirio de persecución. Una encuesta reciente muestra que si hoy fueran las elecciones, una vez que ya AMLO se exhibió como lo que siempre ha sido, lo colocaría por debajo de Calderón por más de 10 puntos de diferencia. El descrédito de AMLO es sólo cuestión de tiempo. Pero el daño que le ha hecho a la confianza en las instituciones lo colocará como lo que siempre negó, como un peligro para México. Al tiempo.

lunes, julio 10, 2006

López Obrador, un candidato que no pudo ganar y que no sabe perder

M. M. CASCANTE. CIUDAD DE MÉXICO.

El candidato de la coalición Por el Bien de Todos, Andrés Manuel López Obrador, ha anunciado que impugnará la elección presidencial y reclama un nuevo recuento, «voto por voto», que no está contemplado por la ley. En una de sus habituales ruedas de prensa al filo del amanecer, el tabasqueño adujo que este escrutinio ha sido «inusual, porque tenían de plazo hasta el domingo» y, sin embargo, montaron un «operativo para resolver un cómputo que, por necesidad, requería tiempo para dar certidumbre y transparencia por el bien del país. No podemos aceptar estos resultados, no podemos reconocerlos, hay muchas irregularidades».

López Obrador insiste en que nadie se puede proclamar triunfador (aunque él ya lo hiciera en la noche del pasado domingo): «Ayer estuve viendo la televisión, la verdad es que ellos (los seguidores de Calderón) saben muy bien que no hay nada que festejar, muy forzado todo, no hay alegría, no hay certidumbre, porque ellos saben lo que hicieron».

Suspicacias sobre el IFE

Reprochó que no hubiera «voluntad democrática» ni del Gobierno ni del candidato «de la derecha», y planteó muchas dudas sobre la actuación del Instituto Federal Electoral (IFE): «Yo creo que no haactuado con rectitud», dijo, y denunció que «hubo, sin duda, una manipulación del Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP). A la hora en que el IFE echa a andar el PREP, tuvo que haber informado de que, aparte de esas actas, había otras once o trece mil que no estaban contabilizadas». Sin embargo, esa circunstancia era conocida por todas las fuerzas políticas, incluido el Partido de la Revolución Democrática (PRD) en el que él milita.

«Me preocupa la irresponsabilidad con la que han actuado nuestros adversarios del Gobierno federal, los funcionarios del IFE y el candidato de la derecha, porque está de por medio la estabilidad y la salud de la República. Ese espectáculo de montar la difusión de los resultados, de levantar expectativas, de reanimar a mucha gente y, luego, el golpe, eso es irresponsable, es un acto de provocación», manifestó en referencia a la difusión, en tiempo real, del cómputo oficial de las actas electorales.

El líder de la izquierda populista ha convertido la mayor plaza pública del país en su cortijo particular, y convocó «a todos nuestros simpatizantes, a quienes nos han entregado su confianza, a que nos congreguemos en una asamblea el próximo sábado en el Zócalo, en donde daré un informe detallado» de las supuestas irregularidades en el proceso. «Voy a actuar con responsabilidad, pero no nos vamos a cruzar de brazos. Vamos a demostrar que no ganaron y que debería darles vergüenza estarse declarando triunfadores», concluyó.

El Peje no acepta la derrota

El perredista asegura que actuará "de manera responsable", aunque puntualizó que tiene que defender la voluntad ciudadana.

Andrés Manuel López Obrador anunció que impugnará el proceso electoral. "No puedo aceptar esos resultados", advirtió en conferencia de prensa poco antes de concluir el cómputo de actas de la elección presidencial. En lo que podría ser el inicio de movilizaciones de protesta, convocó a una "asamblea informativa" el próximo sábado a las cinco de la tarde en el Zócalo.

Explicó que la decisión tomada es acudir al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. "Tenemos cuatro días en términos de ley para presentar el recurso", a fin de pedir que se revisen los paquetes electorales y se cuenten los votos uno por uno.

"Vamos a demostrar que nosotros triunfamos", sostuvo.

El todavía candidato de la coalición Por el Bien de Todos inició muy temprano este jueves sus actividades. Salió de su domicilio a las 6:30 horas y llegó a su casa de campaña poco antes de las siete para reunirse con sus colaboradores y ofrecer una conferencia a las 8:30 horas.

Sereno, sonriendo de vez en cuando, dijo no ver a Felipe Cal-derón en la Presidencia porque "vamos a demostrar que no ganó", y le envió un mensaje: "debería darle vergüenza estar proclamándose triunfador; no se puede hacer política ni aspirar al cargo de presidente de la República sin autoridad moral".

Sostuvo que "hubo consigna hacia los consejeros del IFE" para no abrir los paquetes, no hubo disposición ni voluntad para hacer efectiva la transparencia. A pesar de que advertí al instituto que no era conveniente hacer las cosas de prisa, resolvieron en 24 horas una elección que supuestamente tenía un resultado muy cerrado.

El tabasqueño recibió la visita de la gobernadora de Zacatecas, Amalia García, y del mandatario de Michoacán, Lázaro Cárdenas; a este último la gente le gritó traidor y corrupto al salir de la casa de campaña. López Obrador también envió un mensaje al extranjero: "en México no hemos avanzado lo suficiente en nuestro desarrollo político; tenemos que enfrentar muchos obstáculos para hacer valer la democracia, sigue funcionando el aparato y el dinero del Estado en los procesos electorales para favorecer a un candidato". Reiteró que a estas alturas "nadie se puede proclamar triunfador" y comentó que "eso lo saben muy bien los panistas, está muy forzado todo lo que están haciendo, y la forma en que presentaron el recuento de votos fue todo un montaje, una escenografía".

En este sentido, dijo que le preocupa la irresponsabilidad con la que actúan sus adversarios del gobierno, la irresponsabilidad de los funcionarios del IFE y la del candidato de la derecha.

También se refirió al Consejo Coordinador Empresarial y dijo respetar pero no compartir el punto de vista de sus spots.

Luego de la conferencia el tabasqueño se asomó por una de las ventanas para saludar a la gente que se reunió para apoyarlo.

- Claves

Primeras protestas

• Más de 200 personas, principalmente universitarias, protestaron en el Hemiciclo a Juárez del DF para exigir un cómputo "voto por voto".

• Según estos adherentes, pertenecientes al Frente de Apoyo Crítico a López Obrador, "el pueblo sabe quién ganó la Presidencia y el pueblo manda".

• Como parte de la protesta, colocaron una banda presidencial a la estatua de Benito Juárez pues, señalaron, "es un símbolo de la lucha contra el conservadurismo".

"Le toca al tribunal": Ugalde

••• Luis Carlos Ugalde destacó que la elección del 2 de julio ha sido la más competida y, ante el estrecho margen de la victoria calderonista, recordó que "la regla de oro de la democracia establece que gana el candidato que tenga más votos". Luis Carlos Ugalde sostuvo que el proceso electoral fue competido y por ello despertó el interés y la expectativa de los ciudadanos, pero declaró concluida esa etapa. Dijo que la labor del IFE concluyó y toca al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación atender impugnaciones.

Recordó que en la democracia, la gente puede opinar y decidir su futuro, y dijo que a partir de ahora, con un resultado "todos tenemos una responsabilidad para seguir fortaleciendo la confianza en nuestra democracia". En el anuncio que tuvo que esperar cuatro días por el cerrado margen de ventaja del candidato panista sobre Andrés Manuel López Obrador, Luis Carlos Ugalde dijo que la participación de los ciudadanos el 2 de julio confirmó que los mexicanos vemos en la democracia el único camino para transformar el país e hizo un reconocimiento a quienes participaron en los comicios. (México • Fernando Damián y Lorena López)

Sonrie...

De un Individuo a la Ciudadania

Hermanos mexicanos:


Escribo esto dada la preocupación que me despierta, como en muchos de ustedes, el panorama social y político al que nos estamos enfrentando actualmente.

Nuestras elecciones fueron calificadas como elecciones transparentes por expertos nacionales como internacionales, el ejercicio de nuestro voto fue tratado con el debido cuidado y legalidad, en cada casilla, de cada distrito en cada estado de nuestro país, representantes de todos los partidos, así como ciudadanos, vecinos, tal vez familiares nuestros, orientaron y mantuvieron patrióticamente las votaciones; su exhaustivo trabajo en el conteo tanto como en la atención a los votantes que asistimos a las casillas a lo largo del día fue admirable; y ante todo, nuestra participación ciudadana en las votaciones nos arrojó una contienda tan cerrada como evidentemente democrática, aun a pesar de quienes se esfuerzan duramente en el desprestigio de la misma.

Mi preocupación nace debido a los hechos que se han suscitado como seguimiento de las declaraciones del Sr. C. Andrés Manuel López Obrador, candidato por la Coalición por el Bien de Todos, conformada por el Partido de la Revolución Democrática (PRD), el Partido de Trabajo (PT) y el Partido Convergencia. Su constante desprestigio a las Instituciones (IFE), a los partidos y a los candidatos de otras propuestas y a diversos sectores de la población, así como el reciente desconocimiento de la validez de las elecciones han despertado un ambiente tenso y hostil en la sociedad mexicana. Entre propagandas ofensivas y crecientes difamaciones entre un partido y otro, la incitación de variadas agrupaciones, y la falta de cordialidad entre los partidarios y seguidores de las mencionadas propuestas han culminado con llamamientos a paros y movilizaciones civiles, a mítines e incluso a llamados a las armas y a una revolución, cosa que tanto a mi como a muchos otros ciudadanos nos inspira un legítimo temor, dado que siendo realistas, nuestro país no se encuentra en condiciones de soportar una situación bélica, sea golpe de estado o revolución o cualquiera que se le ocurra mencionar.

Mi objetivo como ciudadano libre, al alzar mi voz a través de este escrito sin miedo a ser callado en confianza a nuestro derecho de expresión libre, es simplemente invitarnos a todos a reflexionar sobre lo que ocurre en nuestro país; a no cerrarnos en un fanatismo partidista, que nos arrastre a pensar que la realidad de nuestro partido es la única válida; a abrir nuestra visión a la pluralidad de opiniones que hay entre nuestra ciudadanía. Con esto mi invitación busca exceder las barreras de convicción política, de ideología o de partido, hasta llegar a los oídos tanto de panistas, priístas, simpatizantes de partidos como Alternativa o Nueva Alianza, a seguidores del C. Víctor González Torres o de cualquier otra propuesta política, e incluso a los oídos de los perredistas que se encuentren, al igual que nosotros, insatisfechos e incómodos ante este atentado contra nuestro derecho democrático del voto. El esfuerzo ciudadano que ejercimos todos este 2 de julio corre peligro ante las constantes exigencias del Partido de la Revolución Democrática de abrir todos y cada uno de los paquetes electorales, y aunque nieguen rotundamente el buscar la anulación de las elecciones, recordemos que esta apresurada medida no es legalmente permitida bajo las circunstancias actuales, además de que una vez ya se comprometieron con la ciudadanía a aceptar y respetar los resultados que arrojaran nuestras elecciones y NO cumplieron, sin mencionar también, que su famosa petición de conteo VOTO X VOTO implica desconocer el conteo realizado por los ciudadanos (conteo hecho también voto x voto) el día de las elecciones.

Debemos deshacernos de estos ardides necios, recordemos que en nuestro país conviven toda diversidad de posturas, por lo cual es un error enorme el negarnos a escuchar y considerar a las demás manifestaciones ajenas a la propia, tanto en el vecino o familiar, como en el conciudadano de otro estado que aunque no le conozcamos, existe y goza tanto como nosotros del derecho a decidir democráticamente a su gobernante, seamos concientes: LA REALIDAD DE NUESTRO GRUPO SOCIAL, COLONIA O ESTADO NO ES LA UNICA EN NUESTRO PAÍS, de esto que considere una enorme falta de respeto el que algún candidato, sea quien sea, se anime a desconocer la legitimidad de la opinión del grupo adversario. Ya que si reconocemos el proceso electoral, podremos ver con claridad un hecho muy importante de notar: Fuese quien fuese el ganador de las elecciones, la contienda fue cerradísima, y el hecho de que el C. Felipe Calderón Hinojosa resultara vencedor con un 35.88% muestra además de su victoria, que el 64.12% de los votantes NO votó por él, eso sin contar a los ciudadanos que se abstuvieron de su derecho y obligación ciudadana de votar. De esta convicción nace el hecho de que mi llamado o invitación sea totalmente APARTIDISTA, ya que ante un panorama que muestra que el ganador de las elecciones tan sólo cuente con la simpatía de mucho menos del a mitad de la población, pone en peligro la gobernabilidad de nuestra nación.

Abramos los ojos, la victoria de uno u otro candidato no es más que el inicio, el verdadero reto que afrontamos todos como nación ahora, es buscar el consenso y los acuerdos que nos permitan avanzar por una línea segura sin mayores conflictos internos y aquí cabe mencionar que aplaudo la actitud del C. Felipe Calderón Hinojosa en su declaración hecha el pasado jueves 6 de julio a las 4:00 am. Donde cordialmente extiende su mano a sus contrincantes y les ofrece trabajar juntos por el progreso del país.

Pero esto no es posible si sólo nos sentamos a vitorear a nuestro favorito hasta otorgarle la victoria. Pero aun mas difícil se torna el escenario, si a esto aunamos la intolerancia de las agrupaciones, y específicamente me refiero a los simpatizantes del C. Andrés Manuel López Obrador, que con su incitación a movilizaciones civiles en distintas partes de la República, comprometen seriamente la tranquilidad de aquellos que no comulgamos con sus intenciones.

Hermanos y hermanas mexicanos, el éxito en este tipo de movimientos es justamente que hacen sonar la presencia social en las calles, y dado que ellos se manifiestan buscando, sin saberlo, subyugar su propio derecho democrático en pos de una terca contienda por el poder a toda costa, nosotros mismos estamos facultados a una ORDENADA, RESPETUOSA, PACÍFICA Y TOLERANTE manifestación de naturaleza parecida, en pos de DEFENDER la decisión que tomamos en las urnas este pasado 2 de julio y para EXIGIR a los candidatos el dejar atrás la guerra sucia de propagandas hostiles y, libres de todo prejuicio y aversión, buscar el diálogo serio y comprometido en busca de una serie de acuerdos solidarios y honestos que busquen el bienestar de nuestra nación.

Así, lo que busco a través de este medio es la comunicación, dialogo, y organización de los ciudadanos en distintas partes del país, donde nuestros conciudadanos sientan, como yo, la necesidad de manifestarse pacíficamente para hacer respetar y defender nuestro proceso electoral, nuestro derecho a decidir nuestro gobernante y para exigir a los candidatos de cada partido que, olvidándose de los rencores electorales, se tiendan todos la mano cordial y respetuosamente en virtud de lograr canales de comunicación que permitan que cada propuesta aporte algo positivo al gobierno entrante. Hagamos que nuestra voz ciudadana se oiga en los lugares más altos y que no se ahogue ante los oídos de los candidatos, que ante todo, debieran buscar la victoria con el propósito de servir al pueblo y no como sola ansia de poder; pensando en esto, no debería haber obstáculos que lleven a algún representante a rechazar la propuesta de colaborar juntos en el crecimiento y desarrollo de nuestra nación.

Siempre he pensado que cada mexicano tiene una voz que merece ser escuchada, y así como una voz, CADA hombre y mujer puede aportar algo enorme a su país… con esta esperanza y convicción creo en que pueden lograrse los acuerdos que tanta falta hacen en un país tan pluralizado como el nuestro y por esta misma razón he querido yo mismo aportar mi parte por este medio, para exhortar a su vez, a que cada uno haga su parte en la construcción de un porvenir para nuestro país. ¡Basta de estar dormidos! Es hora, mas que nunca, de actuar con orden y solidaridad.

Espero también, que los representantes de los partidos sean capaces de apreciar la voz del pueblo a través de sus adversarios, así mismo, extiendo yo mi mano y mis respetos a los representantes y simpatizantes de cada partido, en busca de un ambiente de tranquilidad, cordialidad y mutuo apoyo donde TODOS seamos beneficiados.

HAZ VALER TU VOZ COMO CIUDADANO LIBRE Y PROTEGE ACTIVAMENTE TU VOTO Y DERECHO A DECIDIR. DI NO A LAS TRABAS E IMPUGNACIONES. TODOS JUNTOS POR UN DIÁLOGO ENTRE REPRESENTANTES A FAVOR DEL PUEBLO. UNETE

ATENTAMENTE
Un Individuo
Muerto_9@yahoo.com.mx

miércoles, julio 05, 2006

Noticias del conteo

Perredistas y panchos villa bloquean el IFE
En sendas acciones en el Distrito Federal y en Tabasco, integrantes del Frente Popular Francisco Villa y militantes perredistas del municipio de Macuspana bloquean desde anoche instalaciones del Instituto Federal Electoral.
Esto, luego de que el candidato de la Alianza por el Bien de Todos, Andrés Manuel López Obrador, exhortara a la población, en una entrevista televisiva, a seguir de cerca los cómputos electorales oficiales en los 300 distritos federales.
Una veintena de miembros del FPFV se apostaron en el acceso principal de las instalaciones del IFE, en Periférico y Viaducto Tlalpan, para presionar al órgano electoral en demanda de que se reconozca el presunto triunfo de Andrés Manuel López Obrador.
Advirtieron que este día rodearán todas las entradas a la sede nacional de esta institución; incluso hacia la medianoche se esperaba un contingente de perredistas del Distrito Federal.
En tanto, en Tabasco, unos 300 militantes del PRD del municipio de Macuspana, localidad que gobierna José Ramiro López Obrador, se apostaron en el acceso principal de las oficinas del Instituto Federal Electoral, localizadas en la cabecera del primer distrito electoral con el mismo propósito que los panchos villa en la capital.
Encabezados por el candidato a la diputación federal por ese primer distrito, Rafael Elías Sánchez Cabrales y por el ex secretario del Ayuntamiento de Macuspana, Freddy Martínez Colomé, quien recientemente renunció para buscar la presidencia municipal, permanecen en las afueras de esas instalaciones.
Los perredistas proceden de Villa Benito Juárez de la zona indígena chontal conocida como San Carlos en Macuspana y en anteriores ocasiones han sido utilizados como grupos de choque.
[ Moisés Sánchez Limón y Ma. Elena Villarreal en Tabasco ]
Camacho lo había advertido al mediodía
Los reclamos anticiparon al llamado… a la una de la tarde con 20 minutos, el coordinador de Redes Ciudadanas, Manuel Camacho Solís, no descartaba "movilizaciones" en apoyo a Andrés Manuel López Obrador… pero desde las nueve de la mañana, a un costado de El Ángel de la Independencia, unas 120 personas ya protestaban contra "el fraude" y ondeaban banderas del PRD y de la UNAM.
Mientras en un salón del hotel Casablanca, miembros del comité de defensa del voto, integrado por Leonel Cota Montaño, Jesús Ortega, Ricardo Monreal, Horacio Duarte y el propio Camacho anunciaban anomalías en el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) el grupo de simpatizantes de López Obrador, sin interrumpir el tráfico, llamaba a la gente a evitar el "fraude" e ir "a las armas".
Con playeras del equipo de futbol Pumas, otros con amarillas y logotipos del PRD, ondeaban banderas del PRD y gritaban consignas como "a defender al Peje"… "no permitiremos otro fraude, como en 1988".Un joven reveló que un grupo de "500 personas" decidió apoyar a López Obrador en su casa de campaña, y luego concentrarse en el Ángel de la Independencia "pero faltaron algunos que se incorporarán apenas los resultados del IFE no legitimen un triunfo de López Obrador".
Más tarde en el hotel Casablanca, Camacho aseguraba que anticipar fraude era una irresponsabilidad, "pero las movilizaciones, como dijo Leonel Cota, no están descartadas", remató.

martes, julio 04, 2006

Del Diario de Campaña de Carlos Ramírez

INDICADOR POLITICO
AMLO julio 2: ganó la tesis del compló
Y el peso de los diez puntos de ventaja

Agobiado por el delirio de persecución, Andrés Manuel López Obrador cometió el domingo por la noche un error estratégico: interpretar los signos de confusión sobre los resultados del programa de resultados electorales preliminares (PREP) como parte de un compló en su contra. Azuzado por los sectores duros de su equipo de campaña, salió a anunciar su triunfo basado en encuestas de salida.

El candidato perredista interpretó el mensaje del consejero presidente del IFE, Luis Carlos Ugalde, de las once de la noche como una estrategia para maquillar resultados, cuando la justificación del órgano electoral radicaba en el cruce, casi como trenza, de las tendencias a favor de López Obrador y Calderón. Y luego a López Obrador le dio mala espina el discurso de Fox porque el candidato perredista se había opuesto a cualquier mensaje del presidente de la república.

Irritado, López Obrador dilucidó que le querían escamotear el resultado. En su cuarto de guerra fueron dos las voces más radicales: Martí Batres Guadarrama y Federico Arreola. Lo malo de su cálculo político fue el hecho de que López Obrador operó el madruguete a su favor de manera personal, sin utilizar al presidente del PRD o a uno de sus coordinadores de redes ciudadanas. Con ello, López Obrador cerró cualquier posibilidad de negociación política aún en el caso de que le fuera adjudicada la victoria.

De hecho, se reprodujo la crisis electoral de 1988, con varios de los protagonistas de entonces. De acuerdo con la versión de Miguel de la Madrid, contada a Jorge G. Castañeda para su libro La Herencia, Salinas se negaba a salir a proclamar su triunfo por carecer de documentos probatorios. Y eso que la elección había sido operada por Manuel Bartlett, secretario de Gobernación en funciones de presidente de la Comisión Federal Electoral. Peor aún: el propio presidente De la Madrid apresuró a Salinas para que saliera cantar su victoria. Alrededor de la medianoche, el presidente del PRI, Jorge de la Vega, declaró el “triunfo rotundo, legal e inobjetable”, aún después de que la CFE había señalado que no había datos suficientes para hablar de una victoria.

Otro de los personajes de entonces fue Manuel Camacho, asesor y operador político del candidato Carlos Salinas. De acuerdo con De la Madrid, “Salinas estaba encerrado en su despacho con Camacho y (Joseph-Marie) Córdoba”. De la Madrid le dijo a Salinas: “si usted no proclama su triunfo va a haber problemas”. Agregó: “tradicionalmente el candidato del PRI sale hacia las once o doce de la noche y proclama su triunfo”. Salinas le contestó: “es que no tengo bases para hacerlo”. Desesperado, De la Vega le dijo al presidente De la Madrid: “si usted me autoriza, lo proclamo”. De la Madrid lo aprobó: “ándale, proclámalo”.

Para De la Madrid, Salinas se dejó llevar por Camacho. “Llegaban noticias de que Cuauhtémoc había avanzado mucho, que había dudas sobre las cifras, sobre el manejo de la información. Él (Salinas) quería ser muy quisquilloso, sobre todo aconsejado por Camacho, quien pensaba que, si se manejaban con más prudencia y gradualismo en las cifras, se facilitaría la negociación con la oposición”. Al final, la crisis estalló porque el gobierno se había comprometido a dar al triunfador esa noche y Bartlett manipuló las cifras porque beneficiaban a Cárdenas.

Camacho es hoy operador y asesor político de López Obrador. Sólo que López Obrador escuchó el domingo sólo a los grupos radicales, a los de la ruptura. Y al salir a proclamar su triunfo basado sólo en encuestas y no en cifras del PREP, su capacidad de movilidad política se redujo a su mínima expresión. Peor aún: al encabezar la protesta, López Obrador se convirtió en el factor de ruptura institucional del proceso electoral y cerró todas las puertas a la revisión de las cifras.
En el fondo, López Obrador se colocó en la posición maximalista del todo o nada: o la presidencia para él o para nadie. La estrategia del PRD radica ahora en entorpecer el conteo, arrinconar al IFE, presionar al Tribunal Electoral y conducir el proceso hacia la anulación de las elecciones por presuntas irregularidades en el conteo. Con ello, el escenario es el de que no haya candidato triunfador y que haya un presidente interino el primero de diciembre que convoque a nuevas elecciones.

López Obrador ha demostrado hasta la saciedad no sabe perder. Lo demostró en sus tres marchas de noviembre de 1991, noviembre de 1994 y abril de 1995: impugnaciones sin presentar pruebas y demandas de anulación de elecciones y de interinatos o de entrega del poder. Su confrontación contra el IFE por los resultados del domingo obedecen al mismo modelo: resolver las elecciones en las calles.

El problema de fondo radica en el autoconvencimiento de que siempre llevó diez puntos de ventaja en las encuestas. No se trató de una estrategia. El perredista se rodeó de encuestólogos y estrategas que le juraron esa ventaja desde octubre de 2005, sin variar ni medio punto en todo 2006. Por tanto, López Obrador se creyó la versión. Por eso su primera sorpresa fue saber que Felipe Calderón, a quien considera un burócrata sin carisma ni perfil social, le pisaba los talones al rayito de esperanza. El enojo contra encuestas fue real: imposible el empate si él tenía diez puntos de ventaja.

Al final, proclamó su triunfo con apenas quinientos mil votos, 1.2 puntos de ventaja. Y el único camino para impedir la victoria de Calderón es reventar el proceso electoral. Su enojo es tan profundo, que no quiere que nadie haga las cosas por él. Por eso colocó dos diques: nadie va a negociar en su nombre y habrá que vencerlo a él en el conflicto poselectoral. Y se prepara para su paso final: convertir el zócalo de la ciudad de México en la mesa de confrontación de documentación electoral.

López Obrador no quedará convencido de su derrota si antes no lo convencen que la ventaja de diez puntos en las encuestas fue un engaño. Por eso se jugará el todo por el todo: o él o nadie.

(Lea el Diario de Campaña de Carlos Ramírez, todos los días desde las cinco de la tarde en www.lacrisis.com.mx o www.indicador-politico.com.mx.)
cramirez@lacrisis.com.mx